Un virus no puede hacer nada hasta que el fichero o programa portador sea ejecutado, momento en el cual entra en estado de latencia e intenta quedarse residente en memoria y reproducirse por el resto de ficheros.
El tiempo de latencia de un virus es variable y depende del virus en cuestión (puede depender de una fecha concreta, de un número determinado de veces que se enciende el ordenador o que se ejecuta un programa en concreto,...). Cuando finaliza el estado de latencia se produce el efecto del virus.